(*)
El Ejército del Aire, que siempre ha obrado como un cuerpo
privilegiado, ha sido también el último reducto del casco Mº 26 "con ala"
que, junto a otras partidas del Mº 21 "sin ala", se mantuvo
reglamentario hasta 1.977, pintado de azul y con el emblema colocado
antirreglamentariamente en el costado, o frontalmente. |
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Casco
español Mº 21 de la Aviación Española con el emblema
estarcido en un lado. (Ver
Cascos
español Mº 21) |
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Soldado
de Aviación con uniforme de campaña. La adopción del
M-I norteamericano (posteriormente el Mº 65 OTAN)
fue el primer paso para su modernización. |
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(**) En un
principio Mussolini no era partidario de enviar armas a los
sublevados de Franco, pero la ingerencia del conde Ciano y, sobre
todo, las noticias de que Francia se había propuesto ayudar a la
República (también, aunque en menor medida, una llamada a Mussolini del ex rey Alfonso XXIII, desde Checoslovaquia, donde se
hallaba en aquellas fechas) decidieron el envío de una docena de
aviones Savoia-81 a Marruecos (de ellos solo llegaron 9,
los otros tres se habían estrellado o caído al mar durante el
trayecto, alertando a los demás países de esta ayuda que, en
principio se había proyectado secretamente). |
Los aviones fueron
pagados por el
financiero Juan March que se hallaba en Italia gestionando la compra
de material, sobre todo aviones (incluso se habló de la compra de
la mayor parte de las acciones de la empresa que fabricaba los Savoia,
para garantizar sus entregas). Parecía como si la compra de
aviones resolviera la situación de cualquier ejército, pues
todas las gestiones de los sublevados o de la República, iban
dirigidos a la compra de aparatos de aviación militar (aunque
franco, en los inicios de esta carrera, solicitó aviones de
transporte). La llegada de estos aviones permite romper el bloqueo
del Estrecho por parte de la marina gubernamental y posibilitaron
el envío del "Convoy de la Victoria" al proteger los
navíos que trasladaron tropas y material desde África hasta
Cádiz. Le
decisión de Mussolini no era por altruismo (ninguna de las ayudas
internacionales a España lo fue, a cualquiera de los bandos), no
deseaba la perpetuidad de un gobierno de izquierdas, que él
calificaba de comunista, en la Península. Aunque le importaban
menos los comunistas que las potencias democráticas, un gobierno
frentepopulista en Francia y otro en España, podían dificultar
sus aspiraciones al dominio del Mediterráneo y poner en peligro
su navegación a través del estrecho de Gibraltar. Aún se
hallaba distante de Hitler (precisamente la coincidencia en la
ayuda a los nacionalistas, aproximó las políticas de los dos
dictadores). Además le interesaba que las tropas francesas
estuvieran más pendientes de los Pirineos que de la frontera
italiana. En caso de conflicto con Francia, una España amiga
impediría el paso del ejército francés desde África (a su vez
esta decisión aceleró el envío de armas y municiones a los
republicanos, por parte del gobierno francés).
El 18 de noviembre Mussolini (y Hitler) reconoce al gobierno de
Franco. Solo 10 días más tarde, el día 28 Mussolini y Franco
firman un tratado por el que se establece un aumento sustancial
en la escalada intervencionista por parte de Italia.
Además del
material y armamento que has estas fechas han constituido la
base de la cooperación italiana, ahora está previsto el envío de
tropas.
El dictador italiano, que considera lenta la progresión
de las tropas de Franco, debido a la escasa entidad de sus
fuerzas, cree que con su colaboración se acelerará el desenlace
de la guerra definitivamente a favor de los sublevados.
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Las
tropas italianas que desfilaron ante el general
Dávila tras la toma de Santander, aún seguían
utilizando indistintamente, cascos Mº 33 y el
anterior Adrian Mº 15-16.
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A
finales de diciembre de 1936 comienza la llegada de tropas italianas que, a
mediados de febrero ya alcanzarán la suma de 49.000 hombres
(milicias fascistas y ejército regular). El envío incluye
tanquetas, aviones, ametralladoras, morteros, cañones y un
considerable número de vehículos a motor (un lujo comparado con
la escasez de elementos móviles de los ejércitos españoles, en
uno y otro bando).
Estas fuerzas
se organizaron en 4 Divisiones al mando de general italiano Mario
Roatta, tres estaban formadas por Camisas Negras (prima
divisione Dio lo vuole
, Dios lo quiere, Bergonzoli y Fiamme Nere) y una
del Regio Essercito (la Littorio).
Se organizaron además cuadros de mando para dos brigadas de
Flechas con tropa española. Contra los deseos de Franco, el CTV
estará constituido como unidad autónoma. (I)
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Soldados
de la División Littorio, equipados con cascos
Mº 933.
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Con
anterioridad, entre pilotos y tanquistas, ya se hallaban
"enrolados" en el ejército de los sublevados unos 500
italianos. La
entrada en combate será casi inmediata, bajo la presión del Duce
que desea laureles para su ejército que justifiquen su análisis
de la guerra en España.
La toma de Málaga con la importante
participación del CTV animó a los italianos que eufóricos,
llegaron a aconsejaron a Franco ir sobre Valencia. Contrariamente a sus
deseos, fuerzas del CTV (35.000 hombres de las divisiones Fiamme
Nere, Penne Nere, motorizada con autocarri y
la Littorio) fueron destinados
al frente de Madrid, donde como fuerza de choque, llevarían el
peso del ataque a Guadalajara. |
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Tras un decidido avance, se
ven frenados y produciéndose un fuerte contraataque de las fuerzas
republicanas, entre las que se encuentra el Batallón Garibaldi,
formado también por italianos, la mayoría venecianos (se ha
estimado entre 3.350 y 5.108 los italianos
voluntarios en el bando republicano). La acción se transforma
para el CTV, en un gran
descalabro, con abundantes bajas de hombres y material (1.400
muertos, 4.500 heridos y 560 desaparecidos, de estos últimos, 300
hechos prisioneros). Aunque la batalla terminó con una ganancia
considerable en la línea del frente, las tropas italianas habían
sufrido una fortísima derrota que terminó en una desbandad
generalizada (la Policía Militar italiana consiguió reunir en un
campo de concentración de Puerto de Santa María, en Cádiz, a
más de 10.000 hombres (entre ellos 3.000 indesiderabili)
que habían huido, abandonado sus unidades. De ellos, solo de la Dio lo vuole, 2.000 soldados fueron devueltos a Italia con el
vergonzante calificativo de ineptos. El resultado condujo a la sustitución de sus principales jefes.
Como consecuencia de todo ello, Franco planteó a
Mussolini la necesidad de que las tropas italianas se integraran
en su ejército.
El dictador italiano, muy contrariado por los
temidos efectos propagandísticos sobre la actuación fascista,
aceptó la petición. Tras la derrota de Guadalajara, Mussolini
deseaba un pronto desquite y desde luego, no tenía ninguna
intención de retirar el CTV. La presencia italiana en suelo
español no podía ocultarse. Ello no condicionó a los
italianos, y ante el Comité de No Intervención, su
representante, el conde Dino Grandi, manifestó el día 23
de marzo que "...ningún italiano uniformado sería
repatriado de España antes de que se produjera la victoria
final del Ejército nacionalista de Franco..." De
hecho, Mussolini incrementó el envió de aviones. |
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Se había apreciado una escasa o nula preparación de los
mandos de las unidades fascistas (entre otros detalles,
despreciando los mapas cartográficos del ejército, se guiaron por la
"Michelín", con lo que fueron incapaces de valorar las
irregularidades del relieve de la zona, careciendo de una visión
global del escenario de la batalla) mientras la división del
ejército regular, la Littorio, mantuvo un comportamiento
digno.
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Franco,
a partir de ese momento desconfió de la efectividad de las tropas italianas y evitó su
utilización en operaciones de cierta importancia. Ello supuso la
amenaza de Mussolini de retirar sus tropas (a Franco parece que no
le desagradaba la idea, siempre y cuando dejaran el material en
España).
La
expedición italiana se reorganizó con la formación de las
unidades mixtas llamadas Flechas, con tropas italianas y
españolas. Se formarán las Flechas Verdes (Frecce Verdi), Flechas Negras
(Frecce Nere) y
Flechas Azules (Frecce Azure). |
Finalmente,
tras la reorganización, los italianos combatieron hasta el final
de la guerra, con un aporte muy importante en el frente Norte
(particularmente en la toma de Santander en agosto, donde se llegó a
presentar la caída de la provincia como una victoria netamente
italiana) y en el frente de Aragón, donde su aportación fue muy
importante (pese a que se estaba repatriando un número importante
de combatientes italiano, muchos de ellos tras 18 meses de
continuos y sangrientos combates en una tierra con la que no
tenían nada que ver). La batalla del Ebro (en dos sectores, al
norte y al sur) y la posterior entrada en Cataluña también
fueron testigos de su esforzada actuación.
En términos generales
los italianos combatieron con ardor cuando fueron conducidos por
jefes competentes y decididos que supieron contagiar la confianza
en la victoria. |
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Su comportamiento en Guadalajara (desmesurado por la
propaganda de guerra de los gubernamentales) se debe achacar
a la carencia de oficiales profesionales, ya que la mayoría
de los mandos procedían de cuadros paramilitares fascistas,
sin preparación ni calidad de mando. Su comportamiento con
los derrotados en los diferentes frentes, siempre fue cortés
y humanitario.
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Otro tipo
de estarcido frontal. Col: L. Montoya |
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"Flechas Negras"
en un Mº 33. |
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El
16 de octubre de 1938 se retiraron de España unos 10.000
italianos. La
repatriación final de los voluntarios que habían participado en
tan larga guerra, se efectuó entre mayo y junio de 1939, siendo despedidos con
calor y rodeados de todos los honores.
Formación
de carros italianos desfilando por Barcelona en
febrero de 1939. El casco de sus tripulantes
inspiraría el casco español de
carrista.
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Cuestión
aparte corresponde a la presencia italiana en Mallorca. Habían
llegado tropas italianas y aviones en un barco mercante, mas 3 Savoia-81
en vuelo directo desde Italia, para reforzar las defensas
nacionalistas en evitación de su inmediata caída en manos
republicanas que han desembarcado el 16 de agosto (dirigidas por
el capitán Bayo, bajo órdenes de la generalitat). La decidida actuación
de estas tropas (que izaron la bandera italiana junto a la
española) impidieron en el último momento la entrega de la isla.
Un extraño personaje, fascista convencido, que se hacía llamar "Conde
Rossi" (o Aldo Rossi, de Arconovaldo Bonaccorsi, su nombre real), apoyándose
en la eficaz ayuda italiana, encabezando los "los dragones de la
muerte", se presenta como el verdadero
libertador.
Pronto se hizo el auténtico dueño de la isla,
desencadenando una furiosa persecución de cuantos
no habían colaborado con los rebeldes, llegando a asesinar
cientos de personas (entre 700 y 3.000 mallorquines, según las
distintas fuentes), e iniciando una rápida
"italianización" de la isla. |
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Mussolini estaba muy
interesado en conservar Mallorca con el fin de garantizar su
control sobre esa parte del Mediterráneo (se llegó a comentar en
las Cancillerías europeas, que Mallorca sería el precio que
estaba dispuesto a pagar Franco por la ayuda italiana). Alarmado
Franco, consiguió la salida las Baleares de este personaje a
finales de 1936. Los acontecimientos de Mallorca no
tuvieron ningún parangón con el comportamiento general de los
italianos durante la guerra. Desde
la base aérea establecida en la isla, se produjeron bombardeos
sobre Barcelona los días 16 a 18 de marzo de 1938,
incomprensiblemente ordenados directamente por Mussolini. La base
fue utilizada posteriormente para el bombardeo de las retaguardias
republicanas (Bruno, el hijo de Mussolini, llegó a participar
desde Mallorca en 27 misiones). Desde Mallorca los sublevados
pudieron conseguir Cabrera (el 13/9) e Ibiza y Formentera (el
20/9). La
totalidad de las fuerzas italianas al finalizar la guerra se
estiman en unos 70/75.000 hombres (algunas fuentes elevan la
cifra a 100/125.000). De ellos 4. 332 fueron enterrados
en España (lo que demuestra su constante presencia en primera
línea). Pero
la ayuda de Italia no se había limitado a el CTV. En ningún
momento se había detenido el envío masivo de todo tipo de
material de guerra y equipamiento. Italia
aportó también un gran número de aviones que formaron la "Legión del
Aire", mas los cedidos al ejército de los Nacionales.
Se calcula en unos 760 los aviones enviados a España (376 cazas Fiat
CR-32, 100 Savoia-79, 80 Savoia-81, mas
hidroaviones, aviones de reconocimiento, etc.) En general se
trataba de excelentes aparatos y su presencia fue decisiva en
muchas ocasiones (el envío incluyó 1.414 motores de aviación y
1.672 toneladas de bombas). (II) La
artillería también supuso un capítulo de gran trascendencia,
estimándose en más de 800 las piezas de artillería que llegaron
a la península (con 7.000.000 de balas de artillería).
La
relación de equipos, armas y municiones enviados por los
italianos resulta muy reveladora (7.660 vehículos motorizados,
10.000 ametralladoras y fusiles ametralladores, 240.000 fusiles de
repetición y 9 millones de cartuchos). |
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Además, 56
submarinos y 25 barcos de superficie (cruceros y destructores) de
la marina de guerra italiana reforzaron la marina de guerra
nacionalista para completar un bloqueo sobre los buques que
suministraban ayuda a la República, amparándose en un discutible
"derecho de beligerante", y facilitar la navegación a
los buques que se dirigían a sus puertos . Al
igual que los alemanes, los italianos colaboraron con las tropas
de Franco, con asesores y especialistas en señales y
transmisiones (que desempeñaron una función importante en varias
escuelas militares). Se crearon importantes hospitales militares
(2 de más de 1.000 camas y otros menores, así como dos trenes
hospital).
Contra la creencia general, la ayuda italiana fue muy
superior a la prestada por Alemania. Al negociar la
liquidación posterior de las deudas de guerra, los
comisionados hallaron en Italia una gran generosidad
(muy distinta de las rígidas normas de cancelación con
Alemania). |
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El rey de
Italia pasa revista en Nápoles a legionarios italianos a
su regreso de España. |
La presencia extranjera con
tropas organizadas había estado representada en España
principalmente por el Cuerpo de Tropas Italiano y las
Brigadas Internacionales, pero en el aire, la aviación era un
objetivo casi de competición, disputándose su dominio el Cuerpo
Aéreo Soviético, Legión Cóndor, la Legión del Aire italiana, mas
las aviaciones "nacionales" republicana y de los sublevados.
Resulta curiosa la utilización reiterada, por parte de las
fuerzas de países totalitarios, del calificativo de "legionario"
al combatiente, en referencia nostálgica al soldado de las
antiguas legiones italianas: Legión extranjera, Legión Cóndor,
Legión del Aire, Legión Viriato, Legión Italiana, et. (I)
Se trataba de 4 divisiones motorizadas, 1 batallón de carros
ligeros Ansaldo L 3/35 (con 3 compañías de 3 secciones de 5 carros,
mas 1 compañía de lanzallamas), además de autoametralladoras y
unidades motorizadas (L 3/35
significa: Carro Ligero de 3 tm. diseño de 1935). A lo largo de la guerra el número de
compañías y elementos blindados, siempre a base del Carro
Veloce, fue incrementándose
considerablemente, hasta duplicar el número de carros.
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TANQUES
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Tanque
Fiat Ansaldo L 3/35: |
Tanqueta
lanzallamas Fiat Ansaldo |
Peso |
3,2
Tm. |
3,3
Tm (sin remolque) |
Blindaje |
13
mm. |
13
mm. |
Armamento |
2
ametralladoras de 8 mm. |
1
lanzallamas. Alcance60/70 m. 125 lts. combustible. |
Tripulación |
2
hombres (conductor y jefe tirador) |
2
hombres (conductor y operador lanzallamas) |
Motor: |
Gasolina,
32 CV. |
Gasolina,
32 CV. |
Velocidad |
42
km/h. |
40
km/h. |
(II)
AVIONES |
|
Fiat
C.R. 32 |
Savoia
Marchetti S.M.79 |
Savoia
Marchetti S.M. 81 Pipistrello |
Clase |
Cazabombardero |
Bombardero |
Bombardero |
Propulsión |
1
motor de 600 CV. |
3
motores de 1.000 CV |
3
motores de 670 CV. |
Velocidad |
356
km/h a 3.000 m. |
435
km/h a 3.650 m |
340
km/h a 1.000 m |
Techo |
7.850
m. |
7.000
m |
7.000 |
Autonomía |
780
km. |
2.000
km a plena carga |
2.000
km a plena carga |
Armamento |
2
ametralladoras Breda de 12,7 y 2 Breda 7,7 m |
3
ametralladoras Breda 12,7, 1 Lewis 7,7 |
5
ametralladoras Breda de 7,7 |
Capacidad |
1
bomba de 100 kg (ó 2 de 50 k ó 12 antipersonal de 2 kg. |
1.250
kg bombas, o 2 torpedos |
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(**) D. Juan Carlos I (proclamado Rey el 22 de
noviembre de 1975) recibió una completa formación militar a
partir de 1955, año en que ingresó en la Academia General
Militar de Zaragoza. Cursó estudios en las Escuelas Militares de
los tres Ejércitos. Ya con el grado de Oficial, realizó un
viaje, como Guardiamarina, en el buque escuela Juan
Sebastián Elcano. También obtuvo el título de piloto militar. |
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Emblema del Ejército del Aire |
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La Constitución española de
1978, que establece como forma política del Estado una
Monarquía Parlamentaria, lo reconoce como Jefe Supremo
de las Fuerzas Armadas.
D.
Juan Carlos, aún Príncipe, participando en unos
ejercicios durante sus estudios en la Escuela
Superior del Aire. Está equipado con el casco
reglamentario M33 de origen italiano, de color
gris azulado y con el emblema de Aviación
estarcido en el frontal. |
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(****) En
el Desfile de la Victoria celebrado en Sevilla el 17 de
Abril de 1939, además de la presencia de unidades italianas
con sus cascos Mº 33 reglamentarios, desfilaron tropas
españolas con cascos M33 luciendo el emblema frontal y las
pinturas laterales del 40 Rgtº de Sevilla (de forma similar
a algunos cascos
Mº 30 checos y del
Mº 26). |
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Mº 33 con emblema
y calcas (reconstrucción) |
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