FICHA COMPLEMENTARIA

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CASCOS DEL SIGLO XX

ESP 05B

Mº M-I USA Infantería de Marina

         ESPAÑA

  Reino de España

La Infantería de Marina cuenta con un historial impresionante, resultando casi imposible hacer referencia a las innumerables acciones bélicas o humanitarias en que ha participado desde su ya lejana creación en el siglo XVI. No obstante merece la pena intentar hacer una somera relación (naturalmente incompleta) de los hechos más destacables que se han podido recoger en los textos especializados.

Con el fin de tener una idea cabal, tanto de sus vicisitudes como Cuerpo, hechos de armas y su consideración y presencia entre los ejércitos españoles y su Marina, vale el siguiente repaso resumido.

HISTORIA DE LA INFANTERÍA DE MARINA ESPAÑOLA

Aunque oficialmente se sitúa el primer precedente de la Infantería de Marina Española en 1.553, el Código de las Siete Partidas ya se hace eco de una "Marina Militar", apareciendo ya en la II Partida los "Proeres" y los "Alieres" (marineros soldados o soldados marineros) además de los "Sobresalientes", solo soldados de la incipiente Marina, aunque sin constituir aún un Cuerpo. Pero el 27 de febrero de 1912 ya se celebró el 475 aniversario de su fundación, lo que confirma a 1537 como el del nacimiento de la Infantería de Marina Española. 

Era una época en la que el combate entre las naves se desarrollaba mediante el intercambio de armas arrojadizas desde los altos castillos de proa y popa hasta llegar al cuerpo a cuerpo mediante el abordaje. El rey Carlos I decidió que las Compañías Viejas del Mar de Nápoles tuvieran su destino permanente en las escuadras de galeras del Mediterráneo. El rey Felipe II confirmaría su misión como Fuerza de Desembarco.

Con la aparición de la artillería naval, una vez que los combates entre naves se inician mediante el fuego de sus cañones, en 1.566 nacerá el Tercio de Infantería de Nápoles (que, en 1.632 será rebautizado como Tercio del Mar).

Además se crearon otras unidades que fueron distribuidas entre las naves de guerra. Con los avatares de los tiempos, el cambio de nombre y destino ha sido frecuente en estos cuerpos de tan temprana creación.

Esto queda patente en la primera historia del Tercio de la Armada del Mar Océano, también creado en 1.566, que ya fue destinado al Mediterráneo en 1.571, bajo el nuevo nombre de Tercio de la Liga Católica. Se le asignará la denominación de Tercio de la Armada en 1.580 y, en 1.586, Tercio de la Tercera. En 1.603 será Tercio Viejo de la Armada Real del Océano.

Además de un nuevo nombre, en 1.664 cesará su vinculación con la Armada y pasará a depender del Ejército como Tercio Provincial de Córdoba, hasta 1.672, año en que retornará a la Armada, recobrando su nombre.

En 1.700 ya aparece como Regimiento Nº 1 de los Regimientos de la Armada Naval. Y nuevamente será bautizado en 1.707, ahora como Regimiento de Baleares. Pero, una vez creados los Batallones de Marina en 1.717, vuelve al Ejército como Regimiento de Córdoba, como referencia a sus antecedentes navales. Debido a ello, como consecuencia de la escasez de fuerzas en la Marina para la guarnición de sus barcos, participará pronto en numerosas acciones navales (en Finisterre y en Trafalgar como dotación del buque Santísima Trinidad.).

Además del Tercios del Mar de Nápoles y el de Córdoba, hubo otros Tercios Navales, como los de Marina y Océano.

Para la creación, en 1.717, de los Batallones de Marina, se habían tomado hombres del 2º Batallón del Regimiento del Mar de Nápoles, por lo que conservó en su escudo dos anclas con una corona real y el lema "el Mar y la Tierra". 

En 1.717 se puede considerar que ha quedado definida la que será Infantería de Marina, a pesar de los vaivenes de destinos, denominaciones y composición a que se verán sometido a través de los años (los siglos) este veterano Cuerpo. 

Los primeros de estos Batallones se llamaron: Armada, Baxeles, Océano y Marina, como los antiguos Regimientos destinados para los buques (todos los soldados de estos batallones eran instruidos como Granaderos). Mas tarde se creará el Mediterráneo, destinado a la guarnición de infantes de las galeras.

Estas tropas pronto recibirían su bautismo de fuego en su expedición a Cerdeña. 

Durante el siglo XVIII toman parte en numerosas operaciones, demostrando su preparación y valor. Podemos resaltar:

Se va perfeccionando la técnica de navegar a vela, y las naves de remos, tradición mediterránea, han sido superadas. Además, con las nuevas tácticas de combate han perdido toda operatividad. Por todo ello se decide disolver la escuadra de galeras.

Como consecuencia de esta disolución en 1.748, su batallón especial fue integrado en los Batallones de Marina que se hallaban en Cartagena. También el Batallón de Barlovento, otra tropa especial de infantería que permanecía en la Marina de la guarda de la Carrera de Indias, fue disuelto por la misma causa. 

Las compañías distribuidas por América pertenecían a los Batallones con destinos en la península.

La evolución del velamen de los buques y las nuevas tácticas de combate aconsejaron a la Marina aumentar el número de tropa embarcada, a costa de disminuir la marinería (gente conocedora de las maniobras del buque, pero poco preparada para el combate directo). Ello se verá reflejado en las Ordenanzas en 1.793, marcando un proceder que permanecerá hasta nuestro días. En consecuencia, será decretada la instrucción a la tropa en el arte de maniobrar los buques, consiguiéndose con la nueva preparación, un mayor rendimiento de los hombres embarcados. Con estas decisiones se llega así al "soldado marinero", que equipa actualmente los buques de guerra.

Estas tropas ya combatirán con heroísmo en Trafalgar. Igualmente en la defensa de Buenos Aires.

Cuando llega la Guerra de la Independencia contamos con una Infantería de Marina perfectamente preparada, pero se carece de buques. Los Batallones tendrán que dirigirse a los frentes, a combatir en tierra contra los franceses, codo a codo con los demás hombres del Ejército.

También en Cartagena se formaron otros cuatro Batallones de Infantería de Marina y en Sevilla, los de Cádiz organizaron dos nuevas unidades mayores que serán los dos primeros Regimientos de Marina.

Aún combatientes en tierra firme, participaron en violentas cargas a la bayoneta calada en Tortosa.

la Infantería de Marina se halla en todos los nuevos frentes que se crean en las colonias con los movimiento emancipadores.

Es a partir de 1.815, cuando los hombres de la Infantería de Marina lucen en las vueltas de bocamangas y carteras la "sardineta", para dejar claro su equiparamiento, a todos los efectos, con  las Reales Guardias Españolas y Walonas, por ser fuerzas de Casa Real. (B) 

Aunque este nuevo plan de instrucción no será llevado a la práctica hasta la creación de la Real Brigada de Marina, en 1.827, con una oficialidad a la que podrán pasar, desde este año hasta 1.828, los procedentes del Cuerpo General que lo deseen. Esto supondrá una gran novedad, contando desde este momento la Real Brigada de Marina con oficiales propios. Se habrá iniciado una nueva etapa en la existencia sin solución de continuidad de la Infantería de Marina.

Un nuevo cambio en su denominación (y van...?) hace que la Brigada Real pase a llamarse en 1.833, Real Cuerpo de Artillería de Marina, conservando todos los fueros y privilegios acumulados hasta ese momento.

La guerra civil es un nuevo testigo de su valía. 

Desde 1.843, la Infantería de Marina posee una bandera propia, con los colores nacionales, igualándose a otros Cuerpos del Ejército. 

Ya no sorprende que, en 1.848, se produzca nuevamente la división en dos armas, Infantería y Artillería. Manteniendo su vinculación efectiva con el Cuerpo de Guardias de Arsenales, que conserva una evidente dependencia de la Infantería de Marina, alternándose en la custodia, los Batallones y los Guardias de Arsenales. 

En 1.851, la Infantería de Marina recupera la utilización de la bandera morada con las Armas Reales que ostentaban desde que, en 1.817, le había sido otorgada a cada Batallón. Esta bandera es distintivo de Cuerpo de Casa Real.

En 1.858, tras una nueva reorganización del Cuerpo, se organizó un batallón provisional que había de destinarse a Cuba (tendría la consideración de batallón de granaderos). 

Filipinas, 1.860. Se organizan compañías de indígenas de Infantería de Marina, con personal reclutado en la provincia de Cabite y que estaban integrando la Compañía Auxiliar de Artillería. Existían precedentes en aquel archipiélago pues ya en 1.842 se habían organizado los granaderos de Marina.

En 1.806 fue con granaderos de Luzón, con los que también se formaron unidades de Infantería de Marina. 

1.869, nueva reorganización del Cuerpo. Además se asigna a la Infantería de Marina la custodia de los Arsenales.

El primer Batallón del  3º Regimiento es enviado a La Habana ese mismo año. 

Durante el movimiento sedicioso de 1.873, en el Arsenal de La Carraca, la Infantería de Marina se distinguirá  realizando una brillante defensa durante 80 horas de intenso fuego.

Durante la guerra carlista, en 1.874, el 2ª batallón de primer Regimiento consigue la Laureada de San Fernando en la toma de Abanto, en la que perdió un tercio de sus efectivos.

Nuevos laureles son ganados en 1.880 en Cuba y en Filipinas (donde el año anterior también habían combatido las dotaciones de los buques).

La Infantería de Marina ha sabido adaptarse a cualquier circunstancia de combate. 

En 1.898, pocos días antes del desastre de la escuadra española en Santiago, columnas de desembarco defendieron San Juan.

En la Infantería de Marina hubo soldados negros ya en 1.902. Se había reclutado personal de color en Cuba y Puerto Rico para ser destinados a Guinea. Esta unidad atajó la sublevación de braceros de origen nigeriano. Hasta 1.903, la Infantería de Marina fue la responsable de la guarnición de Río de Oro. En 1.916, volvió guarnecer Fernando Poo.

En 1.908 se produce una nueva reorganización del Cuerpo, quedando constituido por tres regimientos, uno en cada Departamento, y una Compañía de Ordenanzas en el Ministerio. Ya participa de un cupo de reclutas procedentes de la inscripción de Guerra.

En 1.912, tropas del primer batallón del primer Regimiento, combaten en Larache. En el mismo territorio, el primer batallón del tercer Regimiento tomará Arcila. 

 Se forma el Regimiento expedicionario del Cuerpo con 2 batallones de a seis compañías, y una compañía regimental de ametralladoras. 

En 1.913, esta unidad se batirá en Ain Messora, Aduar de Mura-el-Aamari, Sidi Buguer, en la defensa de Alcazarquibir y en la toma de Sidi el Gaiton.

España ha perdido sus colonias de ultramar, solo mantiene las posesiones africanas, aparentemente defendibles solo con la flota y, a pesar de todos los méritos acumulados a lo largo de los siglos, en 1.914 se aprueba un proyecto de extinción, pero conservándose las fuerzas expedicionarias y las de guarnición de Arsenales.

Alhucemas, 1.925, un batallón expedicionario de la Infantería de Marina toma parte en los desembarcos. Aquí ya se efectúa una operación de corte moderno, donde se emplearán, además de grandes unidades de la flota española (y la colaboración de la francesa) y aviación de apoyo, para facilitar la llegada a las playas se utilizarán 27 barcazas tipo K.

En 1.935 está apunto de desaparecer la Infantería de Marina, cortándose de forma irremediable una historia secular. Durante ese año se decide un ensayo con fusileros navales, formado con hombres de la Marina y uniformados de marineros, pero conservando para su mando los oficiales y clases del antiguo cuerpo de Infantería de Marina, que harán de nexo de unión entre las dos formaciones.

Durante la última guerra civil (1.936/39) la Infantería de Marina vuelve a ser reembarcada y distribuida por los buques (lo que no sucedía desde los años veinte) hallándose en los dos bandos contendientes. También unidades del Infantería de Marina combatirán en todos los frentes de tierra.

Las unidades recobran sus antiguos nombres, volviendo a encuadrarse en Tercios, que ahora existirán en cada departamento (Norte, Levante y Sur) un Batallón en Canarias y otro en Baleares.   Uno de los ejercicios de adiestramiento del Grupo Especial, con lanchas de desembarco (contaban aún con cascos Mº 26).

En 1.957, como Cuerpo Especial de Infantería de Marina, establecerá una cabeza de playa en El Aaiun, que permitirá y facilitará el desembarco de tropas del Ejército, participando hasta finalizar las operaciones, en la pacificación de los territorios de Ifni y Sahara. Algunos de los 300 hombres de la Fuerza Anfibia Operativa "Romeo" participante en la Operación Tabaiba para cubrir la retirada de las últimas tropas españolas de Ifni tras la cesión del territorio a Marruecos en julio de 1969.

En 1.969, siendo nuevamente Tercio de Armada por Decreto 1148/68,  desembarcará en Guinea Ecuatorial para proteger la evacuación de los súbditos españoles.    Desembarco del Grupo Especial en la costa de Guinea Ecuatorial en 1969 (están equipados con cascos Mº Z)

En 1.975 nuevamente  se requiere la presencia de la Infantería de Marina ante la situación de los territorios africanos. La Fuerza de Desembarco, frente a las costas del Sahara Occidental, esperará impaciente en los buques,  listos para cumplir la orden de desembarco. Finalmente España se retirará definitivamente del Sahara y corresponderá a la Infantería de Marina, con arreglo a su tradición, rendir honores a la bandera y su custodia tras ser arriada por última vez en Villa Cisneros. 

En 1.996 fuerzas de la Infantería de Marina integran las unidades españolas destacadas en en Mostar y Croacia (antigua Yugoslavia). En 1.999 lo hará en Bosnia-Hergzegovina. 

En Albania, un subgrupo táctico estará presente integrado en las fuerzas de la OTAN.

Ya en estas últimas etapas, como consecuencia de las enseñanzas de las guerras y en particular de la más reciente 2ª G.M. la organización de la Infantería de Marina se había convertido en algo muy complejo. Se la dotó de importantes naves especiales para los desembarcos, unidades de apoyo aéreo y numeroso y variado material para operar tras su desembarco. Se fueron creando unidades altamente especializadas equipadas y entrenadas para misiones muy específicas. Habrá en cada Tercio un Batallón de Defensa Antiaérea y otro de Defensa Pasiva. Ya se habrán formado grupos especiales de asalto, de Buceadores (hombres rana) o de Escalada (preparados en las Escuelas de Alta Montaña del Ejército) para el asalto en zonas de arrecifes y costas escarpadas.

Expertos paracaidistas, artificieros y un sinfín de especialidades hacen de la Infantería de Marina, por su capacidad, armamento, profesionalidad y espíritu de cuerpo, por sí sola, un importante y completo ejército.

	Hay fotografías que no se puede evitar mostrarlas

(A) CARTAGENA DE INDIAS. La importancia de la flota que se presentó ante Cartagena de Indias (186 buques, 27.600 hombres y 2.000 cañones) no sería superada hasta la constituida para el desembarco de Normandía durante la 2ªGM. El mes de marzo de 1741, la armada británica soltó anclas ante Cartagena de Indias, importante ciudad canalizadora del tráfico marítimo entre América y España. El mando militar de la plaza lo ostentaba un personaje irrepetible, el teniente general Blas de Lezo, gran batallador y estratega reconocido que contaba con innumerables victorias contra piratas y británicos. Para defender la plaza, Lezo contaba con 3.600 hombres de armas (1.100 soldados de los regimientos España yAragón, mas un número importante de milicianos, además de la marinería de seis buques de guerra (África, Conquistador, Dragón, Galicia, San Carlos y San Felipe). Contó, además, con los 300 infantes de marina de aquellos buques (has estimaciones que aumentan la cifra en los Batallones de desembarco hasta 400 hombre) que se incorporarían a la defensa tras los muros de los fuertes, sumándose al resto de los defensores que incluían 600 eficaces arqueros (flecheros) indios. Los ataques de la Infantería del almirante Vernon (parapetados tras varias líneas de esclavos jamaicanos armados con machetes), y apoyados por un cañoneo incesante desde sus naves, fracasaron uno tras otro.   Fortaleza San Felipe, en Cartagena de Indias Se hundieron buques para bloquear los canales y evitar los asaltos (uno repelido exclusivamente con arma blanca por 300 hombres que causaron 1.500 bajas a los asaltantes). El intento desesperado de tomar la plaza a cualquier precio, asaltando los muros con escalas por parte de Casacas Rojas y tres columnas de Granaderos, fracasó ante la argucia de Lezo que mandó excavar un foso ante los muros, lo que hizo que las escalas quedaran cortas, quedando los asaltantes desprotegidos que les supuso una auténtica masacre. Al amanecer los españoles efectuaron una carga a la bayoneta que supuso la retirada de los británicos dejando innumerables muertos y heridos además del equipo de los que consiguieron embarcarse. Desde los buques se continuó cañoneando durante un mes, pero definitivamente abandonaron, humillados, la costa (Blas de Lezo, en su diario, estima en más de 6.000 bombas y 18.000 balas de cañón las disparadas por los británicos). Las cifras de bajas británicas fueron terriblemente elevadas (entre 8.000 a 10.000 muertos, mas 7.500 heridos, muchos de los cuales no llegarían vivos a puerto). A la pérdida de la mejor oficialidad del Imperio Británico había que sumar 17 buques de guerra con grandes daños, 1.500 cañones y gran cantidad de morteros y todo tipo de pertrechos abandonados, incluidas las tiendas de las acampadas. Los defensores españoles tuvieron 600 muertos. La noticia del desastre llegó a Gran Bretaña después de que, por un anuncio de victoria precipitado enviado a Londres, se habían acuñado once tipos de monedas conmemorativas de la Victoria contra los españoles, y se festejaran prematuramente los resultados.   Anverso y reverso de las monedas conmemorativas. "The pride of Spain humbled by Ad. Vernon" (El orgullo español humillado por Vernon). La gran derrota era desconocida por el gobierno y pueblo británicos. Cuando se conoció la gravedad de los sucesos y el desmantelamiento de la flota, el rey Jorge II, avergonzado, prohibió que se mencionara en las crónicas del reino. En lo concerniente a la participación que nos ocupa, la de la Infantería de Marina, aparecen nombres de algunos mandos mencionados por su valor en combate, como Francisco Garay, Capitán de Infantería de Marina al mando de la batería de San José, de Cartagena de Indias, o Antonio de la Torre, Sargento de Infantería de Marina, que participó en la defensa del castillo de Santa Cruz. También se mencionan la muerte de 2 oficiales y de 93 soldados, además de 25 heridos, que debían ser de Infantería de Marina. Los británicos, eufóricos, habían zarpado para efectuar la conquista de Cartagena de Indias en la que llamaban "La Guerra de la oreja de Jenkins”, por haber sido mostrada en el Parlamento Inglés por un navegante, posiblemente pirata, capturado por los españoles y que había tenido la suerte de no haber recibido más castigo que el corte de una oreja que le fue entregada, pretendidamente, para presentarla como advertencia a su rey.   "Admiral Vernon vhinning the town of Carthagana" ("El almirante Vermon tomando la villa de Cartagena"). Los ingleses lo habían aceptado como una declaración de guerra y pretexto para iniciar la aventura americana.  El héroe singular Blas de Lezo merecerá una cita aparte. (B) La descripción de las sardinetas para el Cuerpo de Infantería de Marina es completa ya en la Real Orden de 15 de octubre de 1815,  finalizada la Guerra de la Independencia, en la que se indica que:   "Enterado el Rey Nuestro Señor, por el oficio de V.E. de 5 del corriente de que el Serenísimo Señor Infante Almirante General ha dado al Coronel del Primer Regimiento de Marina el galón de oro suficiente para poner divisa a los sargentos en el cuello y vueltas de la casaca, igualmente que en los morriones, con la prevención de que a la tropa se pusiese galones y sardinetas de estambre en las vueltas de la mangas, como usan los Batallones de Reales Guardias, se ha servido S.M. aprobar esta disposición de Su Alteza, y quiere que lo mismo se practique con los demás Regimientos y Batallones de Marina, haciéndose notorio en la Armada esta Declaración.” Pero existía ya el precedente de la Real Orden de junio de 1728 referente a la Escuadra de Galeras que incluía un "Reglamento para formación de Batallón de Marina" en el que al tratar de los granaderos de galeras...   "los Granaderos, a diferencia de los soldados sencillos, tendrán tres ojales en cada manga puestos sobre el codo a la dragona, hechos del mismo galón (en oro), que cada uno fenecerá con un alamar de seda o lanilla fina roja, mezclada con un poco de hilo de oro” (lo que ya es una clara y pronta descripción de las sardinetas). Las sardinetas fueron una característica identificativa en su tiempo,  del Cuerpo de  Cazadores creado en 1847 (más tarde Cazadores de Montaña). Se lucían sobre la bocamanga de color verde, propio de aquel Cuerpo.   Sardinetas en un uniforme de "rayadillo" de un Teniente de Cazadores.     Ya en el sigo XXI, a propuesta del entonces Ministro de Defensa, D. Federico Trillo-Figueroa, el Real Decreto 247/2001 de 9 de marzo de 2001 adelantó al 31 de diciembre de ese mismo año la suspensión de la prestación del Servicio Militar Obligatorio (SMO). Las nuevas disposiciones incluían el derecho de la mujer a incorporarse al Ejército y por ello, a la Infantería de Marina. Derecho que, curiosamente, ya había "ejercido" una mujer en 1793. Aquel año de 1793, don Antonio María de Soto, de Aguilar, Córdoba, se alistó como voluntario en la 6ª Compañía del 11º Batallón de Marina. Combate en campañas de tierra en Bañuls y participa en su defensa y posterior abandono del sitio de Rosas. Ya en la Fragata Mercedes (4 de enero de 1794) participa en el combate naval de San Vicente, en diversas acciones con lanchas cañoneras y otros elementos en Cádiz para neutralizar ataques enemigos. En la Fragata Matilde continúa prestando apreciables servicios. Su actividad es constante y eficaz durante cuatro años y seis meses, momento en el que por un reconocimiento debido a una leve enfermedad se descubre por casualidad su verdadero sexo identificándose como Ana María Antonia, hija de Tomás y Gertrudis de Alfama, de Aguilar, obispado de Córdoba. Se había enrolado con dieciséis años. Consta que tenía ojos claros y pelo castaño. Un vez informado de los hecho el mando, el Almirante dispuso se desembarco de la Fragata Matilde el 24 de julio de 1798 con grado de sargento y sueldo (dos reales de vellón diarios) con los que pudiera atender a sus padres que, ignorantes de los hechos, seguían buscándola. Recibió la autorización para seguir utilizando los colores de los Batallones de Marina y las divisas de sargento en sus ropas de mujer. Recibiría la licencia absoluta con pensión y honores el 1 de agosto de 1798. Toda la información se hallaba debidamente registrada en los archivo el historial y las vicisitudes recordar que se hallaba registrada en el Archivo de Intervención de Marina del Departamento de Cádiz (legajos: 39 Reales Órdenes 1796/99, legajo Nº 53 Lista 11º Batallón Infantería de Marina, 10ª Lista de la Quinta y Sexta Compañía,  entre otros). Es reconocida como la primera mujer de la Infantería de Marina del Mundo.

Ver Ficha Complementaria Casco Español M-I US Infª Marª (1/4) 

Ver Ficha Complementaria Casco Español M-I US Infª Marª (2/4)

Ver Ficha Complementaria Casco Español M-I US Infª Marª (3/4)