CASCOS DEL SIGLO XX

CHI 01

Mº OR 201 (israelí)

        CHILE

República de Chile

Ficha 1/1

El gobierno chileno, como consecuencia del bloqueo político y económico a que le estaban sometiendo los suministradores habituales (Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia principalmente), se vio en la necesidad de buscar nuevos proveedores de armas y equipo.

Al mismo tiempo, aumentaban los recelos sobre los gobiernos de los países vecinos, temiéndose que aprovecharan este rechazo a su régimen por parte de las Democracias tradicionalmente amigas, para intentar sacar provecho territorial. La actitud de Argentina en las fronteras del Sur, reivindicando la asunción de territorios chilenos, mantuvo en guardia al ejército chileno. Más preocupantes aún, eran las pretensiones de Bolivia y Perú, por recuperar antiguas fronteras, países que no disimulaban sus viejas aspiraciones territoriales.

La permanente puesta a punto del ejército chileno, y la necesidad de equipar con material más moderno las unidades especiales y tropas paracaidistas, entre los diferentes cascos ofertados en los nuevos mercados, opta, sin ninguna duda, por el nuevo casco proyectado para el ejército israelí, el mejor que en aquellas fechas es posible hallar fuera de los circuitos tradicionales (e incluso, incluyendo lo que hubieran ofrecido, en otras circunstancias, aquellos proveedores habituales).

Pero además, el ejército chileno contaba (y cuenta) con otro grave problema, la diversidad climática de sus diferentes posibles puntos de fricción y las enormes distancias a cubrir. (*)

El nuevo casco israelí era del Mº OR 201, en su versión para la exportación, y cubría ampliamente todas las exigencias modernas en calidad y diseño. Se recibió en color verde oliva, que no recibiría ningún tipo de calca o distintivo nacional.

Posiblemente por razones de costo y, también, por lo temprano de su comercialización (se trataba de un casco de desarrollo reciente), incluía un barboquejo, tipo paracaidista, aún no suficientemente perfeccionado en cuanto a materiales, pero ya definitivo en su diseño. Diseño que reproducía el complejo barboquejo tradicional de los cascos de paracaidistas británicos.

El barboquejo de los cascos recibidos estaba fabricado con tejido sintético de color verde-gris, con remates metálicos en los tensores. La mentonera desdoblada estaba forrada con piel. Se ajusta mediante hebillas de bucle, tanto el atalaje a la nuca (que se desliza por una argolla posterior), como los laterales.

Estos cascos, por su versatilidad, también equiparían algunas unidades paracaidistas.
En la comparación de las dos fotografías puede apreciarse la diferencia externa, limitada al material destinado al barboquejo. El modelo israelí, de posterior desarrollo (OR 404), además de piel clara, incorpora un enganche rápido con protección y está confeccionado a base de una tira más ancha y sensiblemente más fuerte.

El casco chileno Mº 201 fue equipado con una funda camo monocolor, en verde oliva, fabricada en tres piezas (una banda central y dos piezas laterales) con ajuste sencillo. También se distribuyeron fundas del tipo Woodland. La adquisición es estos cascos completó otros lotes que estaban equipando nuevas unidades. Entre ellos y principalmente, el casco balístico de origen surcoreano y el Mº FJ60 de acero, procedente de la República Federal Alemana. Casco Mº OR 201, de origen israelí, con funda camo verde, reglamentaria. (Col: R. Jara)

(*) Los chilenos pueden presumir de poseer el país, posiblemente más hermoso del mundo. Pero para su ejército, su particular geografía incluye territorios ocupados por hielos permanentes, cordilleras escarpadas con altísimas montañas de difícil abrigo, o tierras resecas de inhóspitos desiertos con la mayor sequedad del mundo. Por ello las unidades acuarteladas a lo largo de su diversidad geográfica precisan distintos y especiales equipamientos, y el desplazamiento de fuerzas de una zona a reforzar otra amenazada supone que debe ser re-equipada urgentemente con arreglo al nuevo destino, lo que, indudablemente representa una gran complicación. Chile tiene una superficie de 741.767 km2 (contando las islas, unos 800.000 km2 aprox.) cubriendo una estrecha franja de tierra de Norte a Sur, entre el Océano Pacífico al Oeste, y la Cordillera Andina al Este, de una altura media de más de 4.000m (algunas cimas alcanzan los 6.000m). Supone vez y media la superficie de España, pero es la cuarta parte de su vecina Argentina y once veces menor que Brasil. Comprendido el país entre el 66º 88' (extremidad oriental de la provincia de Antofagasta) y los 75º 38'(extremidad occidental de la península de Taitao), puede comprenderse como una isla de más de 4.200 km. de longitud por tan sólo 200 km. de anchura media (entre 100 y 420 km.). Aunque una gran parte de sus fronteras representan verdaderas barreras infranqueables para un posible agresor, las enormes distancias a cubrir y la particularidad de su forma crea enormes dificultades a la hora de concentrar efectivos en una segunda línea de reserva. Ello sin contemplar la inmensidad de su litoral  y la sinuosidad de la costa sur, con infinidad de islas y canales. Pero las cifras pueden no darnos una idea exacta de la verdadera dimensión y la particular configuración de Chile. Por ello es interesante enfrentar su figura geográfica a otras naciones de dimensiones más familiares. Si colocamos el mapa de Chile frente a las costas de Europa apreciaremos mejor esa realidad, comprobándose que estamos hablando de un país que, en su dimensión Norte-Sur, equivale a la distancia que va desde el Norte de Escocia hasta penetrar en la Mauritania africana. Por otra parte, Chile cuenta con una población relativamente pequeña (uno 14 millones de habitantes en 2003), lo que sólo permite un ejército proporcionado, aunque aguerrido. La geografía chilena, enfrentada comparativamente a la costa occidental europea, puede cubrir desde Escocia, el norte de Gran Bretaña e Irlanda, Francia, España y Portugal, hasta Marruecos, Sahara, y penetrar en Mauritania, ya en el corazón de África.

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