CASCOS DEL SIGLO XX

CHI 02

Mº GOLFO

             CHILE

REPÚBLICA DE CHILE

Ficha 1/1

Los conflictos fronterizos con Argentina, Perú y Bolivia, que se hallaban enquistados desde décadas, lejos de solucionarse, amenazaban con agravarse, a tenor de la actitud de Argentina y Bolivia en particular. Las fronteras australes comunes con Argentina y la reiterada aspiración de Bolivia a recuperar un pasillo hasta el Pacífico, obligaban a una permanente vigilia en el ejército chileno. (*)

Aunque los militares reclamaban un nuevo casco para sustituir al ya obsoleto M-I de origen norteamericano, los presupuestos estaban recortados. La época de la Dictadura en la que el ejército disfrutaba de un trato preferencial había sido sustituida por otra en la que los presupuestos se diluían en nuevos destinos. Y los políticos no entendían, o no querían entender, que los cascos de su ejército (entre otros elementos de su equipo) requerían ser sustituidos.

La globalización de los problemas internacionales también llegó a Chile. La multiplicación de focos de tensión en muchos lugares del mundo, supuso la reclamación, por parte de la ONU, de contingentes de "cascos azules" para apoyar los esfuerzos de la sociedad internacional en el control de los múltiples litigios, y Chile debió aportar la tropa asignada.

Y aquí los militares chilenos hallaron nuevos argumentos que, ahora si, entendían los políticos de Santiago. Los diversos contingentes de "Cascos Azules" que Chile envió a diferentes países, formando parte de las tropas de la UNU, obligaba a los chilenos a presentarse junto a cuerpos de élite de diversos países, con viejos cascos M-I pintados de azul. La falta de eficacia y obsolescencia argumentada por los militares se convirtió ahora en una necesaria defensa del "orgullo nacional" y del prestigio de su ejército. (**)

El analista chileno Omar Lascano ya había diseñado los nuevos uniformes para el ejército chileno, siguiendo unas exigentes pautas de funcionalidad y modernidad. Las enseñanzas derivadas de los ejércitos participantes de las acciones de "Tormenta del Desierto", en la Guerra del Golfo de 1990, habían marcado las prioridades en los modernos ejércitos. Las prestaciones de los nuevos uniformes eran ambiciosas y se inspiraban en las modernas adquisiciones del ejército estadounidense principalmente. Y también se preveía la adopción de un casco moderno de nueva generación. Resultaba incongruente comprar unos cascos obsoletos a Estados Unidos, que ya destinaba a sus ejércitos otro producto mucho más evolucionado.

La Academia de Guerra del Ejército, tras una fructífera reunión con el diseñador Omar Lascano, aprueba los nuevos uniformes, que incluyen el la incorporación de un casco moderno.

Pero ya Chile tiene capacidad para suministrar equipo de tecnología avanzada, y pronto la AGE contacta con una empresa nacional capaz de asumir el reto, Baselli Hnos. S.A.   Logotipo de la empresa fabricante de los cascos chilenos Mº Golfo y Golfo Presentación, Baselli Hns. S. A.

El Ministerio de Defensa cursa el pedido correspondiente e inmediatamente en los laboratorios del fabricante se inician los estudios, diseñan modelos, desarrollan proyectos, prueban materiales, y se analizan sistemas de fabricación. 

Pronto, tras numerosos ensayos, la empresa Baselli Hnos. S.A. está en disposición de fabricar el nuevo casco cumpliendo todas las exigencias de los militares (y mejorando considerablemente algunas características esenciales). En 1996 ya se cuentan con los medios para fabricar el nuevo casco. Pero no será hasta el año 2000 cuando se normalice su producción. (***)

El nuevo casco se fabricó en un tamaño único e, inicialmente, en una talla media, preadaptada. Pronto, manteniendo un sólo tamaño, se diseñó un nuevo sistema que permitía una perfecta adaptación a las tres dimensiones "L", "M" y "S", con ajuste para tallas intermedias. Si una de las carencias del veterano M-I fue el contar con una sola talla, por su deficiente ajuste, en el nuevo casco Golfo parece que se ha solucionado este problema mediante un adecuado sistema de ajuste de su sudadera, que permite una buena adaptación al cráneo.

Este casco chileno, que ha basado su desarrollo en el Mº PASGT norteamericano, tiene también un perfecto comportamiento anti-fragmentario de 1.500 pies por segundo (500 m/s).  Las características que superan al original PASGT norteamericano consisten en que, a diferencia de éste, el casco Golfo chileno no presenta deformación alguna ante impactos y, además, es capaz de resistir perfectamente impactos directos de un proyectil de 9 mm a 310 m. de distancia (el PASGT sólo es anti-fragmentos).  El costo es un ligero aumento (300 g) en el casco terminado (pero posiblemente este ligero aumento de peso puede crear dificultades al fabricante).

El interior del casco está cubierto por una protección aislante, de color oscuro, de foam de alta densidad, que mejora el confort. La guarnición cuenta con una cómoda sudadera, perfectamente ajustable a una variedad de tallas, así como una nuquera de tensionado rápido. Tres tiras de tejido sintético forman el sistema Cradle.  En algunas versiones, una sólida, pero cómoda, mentonera, suele completar el atalaje.  El logotipo del fabricante se halla internamente, bajo la nuquera, al lado derecho. (Col:R. Jara).

	El barboquejo se desdobla en la mentonera. Dos protectores acolchados evitan los roces del enganche y ajuste. La guarnición presenta un acabado impecable. (Col: R. Jara).
		Enganche rápido, con su protector.  (Col: A. Peñaloza)

El ajuste se efectúa mediante tensores laterales y un enganche rápido de seguridad montado sobre uno de los acolchados que protegen el rostro.  El otro cubre la unión del barboquejo. Protección lateral en el barboquejo.  (Col: A. Peñaloza)

Los nuevos cascos Golfo, inicialmente han sido destinados al ejército de tierra, siendo el Batallón de la Concepción la primera unidad que contó con él. 

Las tropas del Norte fueron las siguientes receptoras, en este caso los cascos fueron distribuidos en un color ocre que facilita el mimetismo con la aridez de sus tierras (algo ya tradicional en los cascos de aquellas unidades). (****) Barboquejo del Mº Golfo.  (Col: A. Peñaloza)

Los cascos Golfo son fabricados en tres colores. Color verde oliva, para uso general en el ejército; Color ocre, destinado a las tropas estacionadas en el Norte, cuyo territorio desértico condiciona el camuflaje; y en color azul ONU, destinado exclusivamente a tropas chilenas destinadas a territorios extranjeros en misiones de paz.

Se han previsto dos tipos de fundas camo para el mimetismo de estos cascos, una en colores tipo woodlan, con dominantes verdes, y otra en color ocre, color desierto del norte. (*****) El precio de fabricante de estos cascos se estima superior a los 250.-$ Funda camo correspondiente al último uniforme. (Col: R. Jara)

Paralelamente a las entregas de casco Mº Golfo de combate, la empresa Baselli S.A. está suministrando otro cascos, no balístico, pero con idéntico diseño, denominado Mº Golfo Presentación. En la fotografía se aprecia la identidad de diseño externo del primer tipo del casco de combate Mº Golfo, y el Mº Golfo Presentación, ligero.  (Col: A. Peñaloza)

(*) Para la defensa de su país, el ejército de Chile está dividido en 6 Estados Mayores, cada uno de los cuales está asignado a uno de los 6 Complejos Internos de Seguridad (cada Complejo integra 3 regimientos de Infantería, Uno de Montaña andino, Una Brigada de Caballería (de 2 regimientos), un grupo de Artillería de Campaña, un grupo de Artillería de Montaña, un Batallón de Ingenieros, y las unidades de apoyo. El Complejo 6 abarca las unidades de defensa frente a sus vecinas Bolivia y Perú. El Complejo 5  abarca la defensa contra Argentina. Y precisamente la falta de una solución fronteriza realmente definitiva con estos países, obliga al ejército chileno a reforzar estos Complejos (Divisiones Militares) en detrimento de las restantes (algunas de las cuales, como la 2, tienen encomendada la defensa de las grandes ciudades del país).

Para cubrir estas necesidades o programas, Chile cuenta con un ejército aguerrido y disciplinado de unos 53.000 hombres (cerca de 30.000 son jóvenes reclutas que sirven al ejército durante 24 meses) y, en caso de conflicto, puede movilizar hasta 250.000 hombres.

(**) Esta situación y su solución es común en todos los ejércitos que participan con fuerzas de Cascos Azules. En el conflicto que acabó con el desmembramiento de la extinta Yugoslavia, los militares miraba los cascos de los restantes aliados, como elemento de prestigio. Tras los españoles, que habían abierto la carrera en primer lugar en Europa (El ejército español adoptó el casco Mº MARTE en 1985, siendo el primer ejército europeo que utilizó un casco de las nuevas tecnologías), el resto de las tropas internacionales que enviaron Cascos Azules al conflicto pronto recibieron cascos del mismo tipo que se habían apresuraron a encargar al fabricantes español Induyco S.A. sus respectivos gobiernos. La carrera había empezado.

(***) Tras la adopción del casco Mº GOLFO por la División de Operaciones del Ejército (D. O. E.), el fabricante Baselli S.A. inició contactos con la empresa norteamericana DUPONT, comercializadora de Kevlar y Laicra. Esta empresa facilitó asesoramiento tecnológico e inició el suministro de la materia prima básica para iniciar la fabricación del casco Golfo. En los laboratorios de DUPONT habían conseguido cambiar la estructura molecular del Nylon que permitió descubrir la nueva fibra conocida como  Kevlar, en la búsqueda de un material con características balísticas, para un nuevo sotocasco destinado al veterano M-I norteamericano (este descubrimiento sentenció al viejo casco de acero). El kevlar revolucionó la técnica y el diseño de una nueva generación de cascos, chalecos blindados e infinidad de elementos que precisan fibra extra-dura.

(****) La Armada chilena, cuyos efectivos equipados con cascos suponen una proporción pequeña, en un habitual alarde por remarcar su sentido independiente del resto de los ejércitos (tan clásico en todos los países, tanto por parte de las Marinas de Guerra, como la Aviación),  importaron cascos PASGT de Estados Unidos.

(*****) El norte de Chile es un territorio árido y seco a partir de Serena. Sobresale el desierto de Atacama, un territorio inhóspito que recibe tan sólo 17,5 mm de lluvia al año, lo que le convierte en el más seco del mundo, a pesar de su cercanía al mar. Curiosamente, al igual que otros lugares desérticos que cobijan grandes riquezas mundiales (los diamantes del desierto africano de Namib, el petróleo de los arenales de  Arabia e Irán, el bórax del desierto de Mohave), el territorio posee importantísimas minas de cobre y de otros minerales asociados (con riquísimas minas, particularmente en la zona de Antofagasta, como "Chiquicamata", "Escondida I", "Escondida II", "Radomiro Tomic", "El Indio", etc) e inmensos depósitos salitrales que, hasta la generalización del salitre sintético (descubierto en 1914) supusieron una enorme riqueza para Chile.

Ver Ficha Complementaria:  Casco chileno Mº Golfo (ONU) (2/2)

Mi agradecimiento a los coleccionistas chilenos R. Jara y A. Peñaloza. 

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