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En 1978
hacía tiempo que se oían tambores de guerra a ambos las dos los
Andes. Argentina y Chile, en constante recelo por sus derechos sobre
islas y canales de la Región Austral, contaban con la certeza de una
próxima guerra que podía extenderse a países vecinos (Perú y
Bolivia), como continuación a anteriores tensiones, principalmente
en el problema del "Canal Beagle" cuyos acuerdos anteriores no eran
reconocidos por parte de Argentina. El Ejército Argentino sabía, ante aquella
crisis, que podía contar con proveedores de material bélico europeos
y Estados Unidos, dadas sus buenas relaciones exteriores (cosa que no
sucedía en aquellas fechas con Chile, aunque últimamente se llegó a
temer una alianza de aquel país con China). El Ejército urgía la
modernización de unos blindados Sherman que ya se hallaban
sentenciados (el desarrollo del tan esperado
tanque TAM,
promovido por el Estado Mayor
General del Ejército era más
lento de lo deseado y no se podía contar con aquel material a corto
plazo).
La situación de crisis en la frontera con
Chile en 1978 obligó a una reconsideración de aquella
jubilación y se inició una acelerada modernización de la
flota de blindados, pudiendo completar 120 unidades. Se les
sustituyó el cañón originario por el FTR de 105mm de
proyecto francés (ya en uso en los AMX-13 de fabricación
nacional).
Se sustituyó también el motor y elementos básicos
del tren de rodaje (todo fabricado en el país, incluido el
cañón).
El resultado fueron 120 tanques
denominados "Sherman Repotenciados".
(A)
Con todo este revisionismo, el casco de
la tripulación ya no podía ser el veterano
de tipo Doughnut (ver:
Casco Argentino de
Tanquista).
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Tanquista argentino de un "Sherman
Repotenciado" en 1978, con el nuevo casco
reglamentario de origen belga . |
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Los cascos que equiparon sus tripulaciones fueron los utilizado en
aquella década de los 70 por los tanquistas belgas.
Fabricados en cuero negro, poseían cuatro estrechos tubulares de
amortiguación y seis orificios de aireación y una serie de rosetones de
cinco taladros en los laterales. El interior, forrado de tejido claro,
disponía de sudadera frontal de cuero color tostado.
(B)
Un
juego de auriculares se ajustaban con amplios donuts acolchados forrados
de badana negra perfectamente protegidos en envoltura de cuero y
ajustado al usuario mediante correas externas tensoras.
Casco de cuero de
los Sherman Repotenciados, con antiparras. Cortesía:
Museo Armas C. A. Olmedo. |
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La
aparte posterior contaba con un par de bucles de cuero como guías pasantes para el cableado.
(A)
Se estima que, de una u otra forma, fueron repotenciados más
de 200 tanque Sherman muchos de los cuales estaban en
servicio a mediados de los años 90 (5 unidades fueron
adquiridas por Paraguay en los años 80). Actualmente se conserva una unidad equipada
con rodillos anti-minado para prácticas.
(B) La adaptación al cráneo era
simple, con la bóveda del casco guarnecida y forrada
de tejido transpirable. Los orificios de aireación,
bordeados de goma cauchutada, renovaban el
aire combinados con los seis reforzados con ojeteros
metálicos del exterior.
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Sellos de control
en el tejido interno. |
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