Casco:

CASCOS DEL SIGLO XX

JAP 01

Mº 30-32

    JAPÓN   

Colección: Joseba Revuelta.

NIHON. Imperio Japonés.


Denominación: "Tetsu-bo"

Ficha 1/1

Proyecto:  Fabricado:  1.930.
Destinos: Ejército, Marina e Infantería de Marina. Distribuido: 1.930/32.
Guarnición: Tres lengüetas dobles, cuero, con pasalazo. Periodo:  
Barboquejo: De tela o seda (recuperados, en cuero). País de origen: Japón.
Distintivo: Estrella, ancla, ancla con crisantemo o letras.   Variante: 
Mimetización: Con pinturas, fundas o red. Material: Acero Cromo-molibdeno. 
Características:    Peso:  
Otros: Talla:  
Balística:   Color: Marrón claro.

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El casco modelo 30-32 fue el reglamentario durante toda la II GM, en el Ejército, Marina e Infantería de Marina de Japón.

Previamente, durante la guerra con China y en el Manchuria, se habían utilizado otros tres tipos de casco, con carácter experimental, clasificados como: Modelo A, Modelo B (Mº 18, en la línea del Adrian, con cimera en forma de crisantemo), Mº C, acampanado, sin cimera o Mº 18 Arsenal.

Finalmente, el modelo D, el Tetsu-Bo (casco, en japonés) Mº 30-32, algo más ovalado, que resultó definitivo.

Soldados japoneses atrincherados en una ciudad china. Sus cascos son aún del modelo 18.

 

Soldados japoneses en China. El casco del primer plano tiene la aireación en forma de crisantemo.

 
 
 

Casco Mº 18 de aireación en forma de crisantemo.

 

Aunque entre 1.930 y 32, en Manchuria, algunas unidades ya habían sido equipadas con este casco,  hasta el año 1.937 no fueron distribuidos con carácter general.

Durante bastante tiempo fueron utilizados indistintamente varios de los primeros modelos, contemporizando en las mismas unidades.

Infantería de marina japonesa  
 
 

Invasión de Birmania

 

La definitiva designación del modelo 30-32 como casco reglamentario (también conocido como "modelo 90") desplazó los otros cascos de los años 20 a servicios auxiliares.

Tropas japoneses sobre la muralla china

 
 
 

El nuevo casco Mº 30/32 tenía forma ovalada y la aireación se efectuaba por medio de dos pares de orificios a los lados de la bóveda.

 

Con la difusión de imágenes de los invasores japoneses en China se vieron algunos de estos cascos.

Pero es tras el despliegue de la infantería de marina japonesa, equipada con casco Mº 30-32, extendiéndose por diversos países del sudeste asiático, cuando su imagen se hizo familiar. (*)

Soldados del Imperio Japonés combatiendo en China, bajo el símbolo de otro imperio.

 

Sin embargo, pese a las grandes cantidades fabricadas, una vez terminada la guerra casi habían desaparecido. (**)

Es de línea acampanada, algo ovalada. La aireación se facilita mediante  dos orificios a cada lado del esbozo de cresta. 

La guarnición, sencilla, está formada por 3 lengüetas de cuero, de dos lóbulos, con perforaciones para el pasa-lazo en cada lóbulo, y ligeramente almohadilladas sobre fieltro, remachadas a un zuncho, también de cuero, que se sujeta al casco mediante tres remaches (uno de ellos corresponde al propio emblema).

El barboquejo está formado por una banda de tejido (puede ser de seda) sujeta a los costados y atrás, por tres sencillas anillas de alambre en espiral, enganchadas a tres pequeñas horquillas en forma de "Omega", remachadas sobre tres pares de pequeños orificios (las laterales, colocadas horizontalmente, la posterior, vertical). 

 

Soldado japonés con el casco Mº 30 

 

Las argollas hacen el efecto de anti-estranguladores, ya que su resistencia no es excesiva, soltándose ante la onda expansiva de una fuerte explosión cercana.

 

El "lote" comprendería: 3 piezas Omega, 6 remaches, 3 anillas de espiral.

Patrulla de solados japoneses en la afueras de Nankín, China. Un chinito saluda a los invasores.

 

La originalidad de este barboquejo se debe a varios conceptos. Por un lado el propio material, no observado en ningún otro casco de guerra. Por otro, la utilización de un enganche en la parte de la nuca, tampoco presente en otros cascos de la época. 

Y por fin la forma de sujetarlo. 

Disposición de la guarnición y el barboquejo. (Col: P. Baenas)

 
 

El zuncho de cuero de la guarnición quedaba suspendida entre las anillas del barboquejo y las piezas "omega" para fijarlo al casco.

Anilla posterior que se halla en la pequeña pieza por la que se desliza la pieza mayor del barboquejo.

 
 

Uno de los enganches laterales.

 

 

Grupo de "bombas humanas", voluntarios suicidas en China, con cascos Mº 30. Puede apreciarse el anudado del barboquejo. (***)

 

Anilla del barboquejo enganchada a una pieza "omega" remachada al casco (Col: J. Neila)

 

El barboquejo se anudaba mediante dos tiras, de distinta largura, sujetando la nuca, carrillos y barbilla mediante un complicado recorrido. En ocasiones lo formaban cuatro piezas que requerían dos lazos de mariposa. 

 

 

El correcto anudado del  barboquejo que completa el casco japonés Mº 30-32, exige cierta destreza debido a la complejidad de su concepción.

 

El barboquejo también contempló el empleo de materiales más rígidos, tejido fuerte e incluso badana. 

El conjunto era bastante inestable. Carecía del suficiente afianzamiento característico en otros cascos contemporáneos. Ello, añadía dificultades al soldado japonés sobre todo cuando se desplazaba corriendo. 

Marcas en el acero.  
 

En los frecuentes ataques a la bayoneta, táctica bastante utilizada por el ejército japonés en los primeros años de la guerra, creaba un grave problema añadido al soldado, al contar con un casco bamboleante sobre su cabeza, amenazando con cegarlo (experiencia compartida posteriormente en Corea, por soldados ingleses con su nuevo casco MK-III).

 

Tropas niponas dispuestas a entrar en combate, protegidos con cascos Mº 30.

 

En ocasiones nos encontramos con barboquejos, sujeto a anillas fijas o sobre bisagras soldadas al casco, tipo USA (apreciándose aún los pares de orificios laterales donde remachar los soportes internos) sistema tradicional en la generalidad de los cascos (recordemos que estos cascos, recuperados, fueron utilizados por los ejércitos de China, Formosa, Corea, Cochinchina y Tailandia, entre otros).

En la recuperación de los cascos japoneses, el barboquejo era el primer elemento que se sustituía. (D)

 
 

El emblema característico del ejército era una estrella metálica de cinco puntas, en color más claro o amarillo, fijada en el frontal por un remache abierto, que servía, además, para la sujeción de la guarnición.

 

La marina ostentaba un elaborado emblema del ancla con un crisantemo. 

 

La infantería de Marina, un ancla (muchas veces, simplemente pintada a mano, en color amarillo). (Foto A. Calatayud)

En ocasiones, solo presentaba unas letras pintadas, colocadas verticalmente.  

Emblema con ancla y la flor de loto de la marina japonesa

 

Generalmente estaba pintado en color marrón claro o caqui, pero también en gris, verde o amarillo sucio. 

Los soldados japoneses demostraron gran maestría en el arte del camuflaje, en particular en las zonas boscosas y junglas.

Los elementos reglamentarios consistían básicamente en fundas de tejido y algún tipo de red.

 

Además de una red característica, contaron con fundas de lona, confeccionada de 4 piezas principales.

   
 

 

Guerrilleros indonesios y del Vietmin combinan el salacot local con cascos Mº 32 heredados de los japoneses (y algún holandés del KANIL).

 
 

Una buena cantidad de cascos Mº 30 quedaron el el territorio continental cuando las tropas japonesas lo abandonaron o fueron hechos prisioneros. (D)

Este batallón de tropas regulares del Vietmin en 1948 se hallaba perfectamente pertrechado con cascos japoneses Mº 30/32 heredados y metralletas Thompson (posiblemente procedentes de contrabando con la vecina Tailandia).

 
 

En Indochina los japoneses que se estaban rindiendo, preferían hacerlo a los grupos independentistas.

Los indochinos aprovecharon esta disposición de los oficiales y soldados japoneses, aceptando su colaboración en la lucha contra Francia, incorporando a su equipo lo que había pertenecido a las tropas invasoras japonesas.

Casco japonés, con la estrella del PLA, utilizado en la ceremonia de independencia china en 1950.

Col: K. Chang.

Casco japonés Mº 30, utilizado por el ejército de tailandés durante la 2ªGM. y postguerra. (Col: J. Neila).

 

Los cascos fueron parte importante del nuevo equipamiento de la guerrilla independentista indochina y, continuamente readaptados, permanecieron utilizándose durante muchos años. Su uso, con guarnición tipo Mº 26 Adrian, había sido normalizada en el ejército tailandés durante la 2ªGM, que los tuvo como reglamentarios, con su peculiar escudo ("Chankra").

La guarnición es de tipo francés, con los cuatro soportes de casco Mº 26 Adrian, para adaptarle una nueva guarnición artesanal o semi-industrial.

 
 

La creación de las nuevas fuerzas armadas japonesas se fue posponiendo ya que la potencia vencedora se encargaría durante décadas de la defensa de las islas.

La aparición de las primeras unidades ya marcaba la impronta del ejército USA.

Fuerzas japonesas desfilando en Tokio, equipadas con casco tipo M-I.

Finalizada la ocupación del Ejército Norteamericano, la creación de las Fuerzas de Autodefensa sería el primer paso para contar con un ejército estable.

Tras un largo período de tiempo en el que las FF AA japonesas tenían prohibida su presencia fuera de las propias islas niponas, las numerosos focos inestables requerían una presencia de tropas internacionales para el mantenimiento de la Paz. Lo que inicialmente era un veto, se convirtió en una progresiva presión para su presencia.  Los acontecimientos de alta tensión promovidos por Corea del Norte y la situación de alerta que ello provocó en Japón, variaron los condicionantes de la opinión pública interior.

Se creó una extraña situación en la que ejército y elementos relacionados así como el vocabulario castrense dejaron de aparecer en los noticiarios, Se trataba de tener un ejército que no lo fuera y una fuerza que no existiera de cara a acallar recelos tras la experiencia de la WWII.

 En el Artículo 9 de la Constitución de Japón, puede leerse que "el pueblo japonés renuncia para siempre a la guerra como un derecho soberano de la nación y a la amenaza o uso de la fuerza como medio para resolver disputas internacionales", además de que "nunca podrán mantenerse fuerzas de tierra, mar y aire, así como cualquier otra con potencial bélico".  Pero ello no fue óbice para que el ejército se fuera organizando con un importante presupuesto consecuencia de que ya en diciembre de 2006 se aprobó la propuesta de elevar la Agencia de Autodefensa a la categoría  Ministerio con todas sus consecuencias.

Quizá la prueba de fuego fue la participación de tropas japonesas (aún Fuerzas de Autodefensa) a la reconstrucción de con Iraq con en 2004, siguiendo la planificación estadounidenses (con las consiguientes consecuencias en Japón), y su presencia en auxilio de Indonesia a consecuencia del fatal tsunami de 2005.

 

Militares japoneses en Iraq.

Las presiones fueron permanentes hasta que, antes de finalizar 2008, el primer Ministro Taro Aso ordenó la retirada de las fuerzas japonesas en Iraq. Argumentó que "Los objetivos de la Misión habían sido cumplidos".

La prenda militar más utilizada fue una gorra que incorporaba una cogotera de doble tira o acoplable. Cortesía: Arganzuela.

Soldados japoneses en una escuela de carros blindados, cubiertos con las gorras reglamentarias. 

 

(*) La impresionante expansión japonesa durante los primeros meses de la guerra parecía imparable.

Casi simultáneamente habían conquistado, en el Pacífico Norte, las islas Aleutinas de Attú, Agattú y Nizka y en el Pacífico Central arrebataron a los norteamericanos las bases de Guam (antigua posesión española) y Wake. 

Se extendieron por el Pacífico Sur donde se hicieron dueños de la riquísima colonia inglesa de los departamentos del Estrecho con la importantísima base de Singapur, que domina las aguas de Malaca (paso del Pacífico al Índico). (Ver: Casco C-1 Singapur).

Las acciones japonesas no se limitan a la zona señalada en el gráfico, pues simultáneamente atacaron Diego Suárez, en Madagascar, y el puerto de Sydney, en Australia (a 11.200km. un punto de otro), además de proseguir sus conquistas. 

Se apoderaron también de las Indias Holandesas y demás colonias de otros países en la zona. Y, por último, las Filipinas, Gilbert, Elice y Salomón, amenazando con cortar las vitales comunicaciones entre Australia y Estados Unidos.

Las infatigables tropas japonesas desembarcaron en diversos puntos de la gigantesca isla de Nueva Guinea, amenazando con ocuparla en su totalidad. De haber completado su ocupación, hubiera constituido un gravísimo problema para Australia (y los aliados), pues el estrecho de Torres (descubierto por el español  Torres Váez) que separa Nueva Guinea de Australia, tiene sólo 150 kilómetros de anchura.

Los japoneses, una vez conquistado su espacio que consideraban como  "de seguridad", y el de las materias primas, intentaron conquistar el espacio vital, territorio donde situar su creciente exceso de población en condiciones climatológicas parecidas a las de la metrópoli. Para ello decidieron aislar Australia antes de acometer su conquista.

Muchachas japonesas ejercitándose en el manejo de las armas

 

La cuestión de las distancias entre los diferentes frentes de actuación japonesa, habida cuenta de las limitaciones de comunicación de la época, produce admiración. Al mismo tiempo se hallaron combatiendo en lugares tan alejados que obliga a analizar las dificultades añadidas. 

Atacaron simultáneamente el puerto "británico" de Diego Suárez, en Madagascar, a 17.000 kilómetros de las Aleutinas.  De Diego Suárez al puerto australiano de Sydney, 11.200 km., y desde aquí a las Aleutinas 11.800 km. 

Revista de tropas japonesas, con cascos Mº 30, de guarnición en una población conquistada.

Con el fin de completar el cerco a Australia, hostigaron con submarinos el puerto de Sydney, causando pérdidas a la flota aliada anclada en él. Rechazaron a la flota combinada en la batalla del Mar del Coral y completaron la conquista de las Salomón.

Inicialmente llegaron a un acuerdo con la Indochina de Vichí, que más tarde dominarían. Tras conquistar Birmania, se plantaron en la costa india. Prosiguieron las conquistas de China invadiendo la provincia de Yun-Nan, Sin-Kiang, y Ho-Nan, y asegurando en el Norte, con el ejército de  Kuang-Tung (la flor del ejército)  en el Manchukuo, la frontera con la URSS. Y prosiguieron sus conquistas. Todo ello en seis meses.

Aún hoy maravilla la relación, si quiera somera, de las grandes y distantes conquistas para asegurar su "espacio vital": Sumatra, Java, Flores y todo el Mar de la Sonda, Borneo, las Molucas, Nueva Guinea, archipiélago de las Bismark, archipiélago Salomón, Timor, Célebes, Filipinas, etc. Cualquiera de ellas de indudable importancia.

Tropas japonesa desembarcadas en Kantón, se dirigen a nuevas posiciones. El soldado de primer plano lleva su Mº 30 colgado a la espalda, de forma reglamentaria.

 La caída de Singapur, por ejemplo, en 1942, plaza clave para el control marítimo y considerada inexpugnable, causó enorme estupor entre los aliados (aún no se había superado la emoción por el hundimiento del Prince of Wales y el Repulse).

Singapur, tras 17 años de trabajo ininterrumpido y a un altísimo costo en Libras Esterlinas, había sido convertida en una poderosa base naval.

Contaba con importantes baterías de costa en previsión de un ataque por mar (10 piezas de 381mm. y 24 de 236mm.) pero, incomprensiblemente se había despreciado la posibilidad de que un enemigo pudiera atravesar la jungla para presentarse al otro lado del canal, y se carecía de defensas estables hacia el interior (los japoneses llegaron incluso con tanques).

Uno de los impresionantes cañones de las instalaciones artilleras que protegían el Estrecho de Malaca.

La guarnición, al mando del teniente general A. E. Percival, tuvo que rendirse a las tropas niponas del general Yamashita, un aguerrido ejército de 17.230 hombres (habían sufrido 9.824 bajas, de ellas 3.000 muertos) que atravesaron el canal, tras arrollar la heroica defensa del contingente de la West Force australiana. 

Tras 73 días de continuos combates, el general Percival rindió incondicionalmente la plaza el día 15 de febrero a las 18,10 h, en una nave de los talleres de la Ford (situados en la colina Bukit Timah). El Comandante del ejército Imperial Japonés en Malasia, teniente general Tomoyuki Yamashita, aceptó la rendición de 130.000 británicos (se había estimado que la tropa defensora la ciudad alcanzaba la cifra de 86.000 hombres).

Británicos, australianos e hindúes habían perdido 9.000 hombres. 80.000 británicos fueron enviados al cautiverio. A estas pérdidas había que añadir más de 250 aviones, los 2 acorazados (Prince of Wales y Repulse) más de 1.000 piezas de artillería, y una cifra superior a las 100.000 toneladas de combustible (sin contar la pérdida de las materias primas estratégicas de Malasia.

Tropas japoneses durante la lucha encarnizada para la toma de la ciudad de Singapur  

El envolvimiento iniciado sobre Australia no se consiguió completar. Fue en Nueva Guinea, donde su frenética expansión se vio frenada, principalmente por la resuelta decisión de las tropas expedicionarias australianas.

(**) Conviene recordar que, en su mayor parte, los cascos utilizados por el Japón a lo largo de la II GM, fueron destruidos durante la propia guerra. Cuando los japoneses se replegaron y las fuerzas aliadas fueron cercando las principales islas japonesas, estrangulando su suministro de materias primas, muchos cascos fueron fundidos como chatarra para poder continuar fabricando armas.

Mas tarde, durante la ocupación aliada, los vencedores arrojaron al fondo del mar la mayoría de los cascos que aún quedaban en el país. Solo algunas unidades pudieron ser utilizadas por una incipiente policía nipona organizada por los norteamericanos.

 

Operarios japoneses destruyendo armas tradicionales del vencido ejército japonés, por orden de los norteamericanos. Los escasos cascos Mº 30 que se se habían librado de las aguas del mar, siguieron el mismo destino que estos sables en las fundiciones.

(***) En marzo de 1942, Yakichiro Suma, ministro del Japón en España, en un extenso artículo para una revista española, titulado "El Soldado Japonés y la Flor de Cerezo", exaltando el militarismo japonés y el gran respeto de ese pueblo profesaba a la profesión de las armas, en el que incidía sobre similitudes y filosofías muy distantes al ciudadano occidental, decía en sus párrafos finales: 

 

"...Es que el cerezo florece repentinamente como si fuera cosa de magia, y pasados tres o cuatro días de un espectáculo maravilloso, sopla el viento, y con éste cae y desaparece milagrosamente. Los japoneses se representan en este fenómeno la muerte gloriosa de sus guerreros en pleno desarrollo y vigor para morir en la batalla. Los hombres prefieren perecer en el campo del honor a morir en el de la vejez y sin gloria."

"...Se escribe también frecuentemente acerca de los aviones japoneses, que se lanzan y estallan sobre los buques enemigos. Todo eso subraya la característica de los guerreros japoneses, simbolizada en la caída de la flor del cerezo."

"...durante estos últimos años en que el Japón luchaba contra la China comunista, sentía personalmente la exaltación  marcial de pueblo japonés; cuando un regimiento marchaba a la guerra, el pueblo entero lo despedía con manifestaciones en que tremolaban banderas japonesas deseando buena suerte, cantando marchas militares y clamando con vítores de entusiasmo. En todo el trayecto el convoy militar era recibido con frenesí, y el pueblo se aglomeraba en las vías del ferrocarril para envolver en vivas a los trenes militares. Recuerdo muy bien aquellas manifestaciones, y ahora que estamos luchando contra enemigos poderosos y se han ensanchado los campos de operaciones, la nación sentirá aún más exaltación patriótica, y las despedidas en las estaciones y en los muelles de los puertos de embarque serán, sin duda, más emocionantes hoy."

"A los héroes que murieron gloriosamente en los campos de batalla y que, como las flores del cerezo, desaparecen, la nación les rinde grandes homenajes de reverencia. Hay un templo erigido a la memoria de los tres soldados de Zapadores que durante el ataque contra las tropas chinas de Shangai avanzaron sobre las posiciones enemigas con bombas amarradas a sus propios cuerpos, estallaron con ellas y abrieron paso de ese modo al grueso de las tropas para penetrar en las líneas enemigas. A ese santuario de heroísmo nunca le faltas visitas ni flores en testimonio de gran admiración. Además, la nación japonesa levantó en Tokio el gran Santuario de Yasukuni, donde duermen todos los heroicos espíritus de los soldados muertos en los campos de batalla; es el Panteón Nacional de los Héroes que cayeron en defensa de la causa nacional. El día 30 del mes de abril de cada año está dedicado a rendir tributo de reverencia en memoria de los caídos; en ese día su majestad el Emperador se digna visitar personalmente el santuario para compartir con la nación el dolor y la gloria de la fecha."

"Así, los soldados que caen en el campo del honor son como los cerezos, y la nación japonesa nunca dejará de rendir tributo a su memoria de gloria y esplendor."

(****) En octubre de 1945 la prensa se hacía eco de una situación bastante extraña refiriéndose a las tropas niponas en importantes puntos estratégicos de Extremo Oriente. Aunque la rendición del Japón había sido total, mes y medio después de rendir sus armas, el orden militar imperaba en bastos territorios e importantes ciudades clave. Se argumentaba que aún no habían llegado tropas de los vencedores.  En Pekín había más de 5.000 soldados japoneses que eran los dueños de la ciudad. Los soldados chinos no superaban los 2.000 y las tropas soviéticas y los comunistas chinos del norte no se decidían a tomar la ciudad, manteniendo un cerco desde unos 14 kilómetros. En Shanghay y en Nankín seguían sin ser detenidos los colaboracionistas ni  el lord "Haw-Haw" norteamericano que desde la emisora de Shanghay dirigía la propaganda en inglés bajo el mando nipón. Si en otros lugares la situación se achacaba a que los aliados no habían llegado a los últimos objetivos, no era el caso de Shanghay y otras regiones, donde el comportamiento aliado resultaba desconcertante y confuso (el Daily Mail escribió que "los alemanes, japoneses y sus vasallos, contaban con absoluta libertad en Shanghay"). La situación de las Indias Holandesas era aún más especial, pues en la mayor parte de ellas el único gobierno reconocido era aún el gobierno militar japonés. En Java casi toda la isla permanecía en manos japonesas y la única moneda válida y legal seguían siendo los billetes japoneses (que según comentaba un corresponsal del americano "habían sido impresos por toneladas"). En Indochina y en Siam y Ceilán (antes Kandy, y actualmente Sri Lanka) las tropas aliadas eran de tan poca entidad que el orden interior estaba encomendado a las tropas japonesas. 

(D) NOTA: El casco de las fotografías que encabezan esta ficha, presenta un barboquejo que no es el original por haber sido utilizado posteriormente en otro país de Asia Oriental. Muchos cascos en países del sureste asiático proceden de los abandonados o requisados a los prisioneros japoneses que se hallaban allí al rendirse el Japón.

Si el casco japonés M30/32 fue utilizado por diversos ejército orientales, sin duda China y más prolongadamente las tropas del ejército de Chiang Kai-Chek refugiadas en la isla de Taiwán, fueron quien mayor número de estos cascos aprovecharon.  (ver cascos de Taiwán).

   

Casco japonés M30/32 utilizado por el PLA en los años 80.

 

M30/32 del PLA utilizado durante la ceremonia de Independencia de China en 1939.

 

M30/32 utilizado por el ejército del  KMT (Kuomintang) durante la guerra civil china, 1945/49.

   

Guarnición restaurada.

 

Guarnición del M30/32.

 

Guarnición restaurada.

Col: K. Chang.

 

Pero su aprovechamiento era generalizado en los territorios que habían soportado la invasión del ejército japonés. En las colonias holandesas, para combatir a las tropas coloniales del Real Ejército de las Indias Orientales  Holandesas (K.N.I..L.) y sus aliados, los japoneses adiestraron, equiparon y armaron a innumerables jóvenes nativos. Estas juventudes forman el movimiento "Defensores de la Patria" (Pembela Tanah Air, PETA) ya el 3 de octubre de 1943 que, tras el derrumbe del ejército japonés, inicia la Revolución Nacional (1945-1949).

Casco japonés Mº 30 readaptado por la guerrilla indonesa hasta su integración en el nuevo Ejército Nacional de Indonesia, "TNI AD" (Tentara Nasional Indonesia Angkatan Darat). Tanto "Tentara" como "Angkatan Darat", significan ejército). Col: Timur S.M. Tunggadewa

 

"TNI AD" (Tentara Nasional Indonesia Angkatan Darat)

 

La guerrilla indonesa había sustituido el color original japonés por un verde hierba claro.

 

En la adaptación de este casco se ha procedido a utilizar los cuatro orificios de aireación para remachar las bandas de la guarnición.

 

El barboquejo se sujeta a las anillas destinadas al primitivo sistema japonés.

  El armazón de la nueva guarnición (aquí posiblemente incompleta) se articula con tiras de cuero remachadas formando zuncho y suspensión sin holgura.
 

Una variante fue un casco de forma similar al M30-32, carente de los cuatro orificios de aireación superiores y marcadamente acrestado.

Cuenta con una amplia cogotera de protección, en tejido grueso.

Utilizado por las unidades contra incendios, en color marrón, presenta un emblema frontal,  una estrella con el lema del Cuerpo. Su guarnición interior cuenta con un forro de tejido.

Casco de unidades contra incendios, con cogotera. Col: R. Mercadé

 
 

El sistema de anillas para el barboquejo es el característico de los cascos ligeros, careciendo de los enganches tipo "omega" característicos.

 

Anilla soporte para el barboquejo sencillo.

 
 

Emblema en estrella, con el lema de Cuerpo

 
 

FOTO FICHA FOTO FICHA FOTO FICHA Cascos japoneses Volver a Japón
Mº 30-32 Mº Tanquista Mº 18 DC
 
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